Cuenta Regresiva N°1   

Cuenta regresiva: secuencia de tiempo que consiste en contar la historia hacia atrás, para indicar el lapso de tiempo que queda antes de que acontezca un acontecimiento previsto.

En estas páginas trataremos de recordar los meses que van desde el mes de febrero de 1973 hasta septiembre de dicho año, fecha de esa fractura mayor en la historia de nuestro país. Hemos elegido como fecha de inicio ese mes , no porque ignoremos todos los hechos que se concatenan desde la elección de Salvador Allende, el 4 de septiembre de 1970, sino porque nos parece que esta campaña electoral para las parlamentarias de marzo de 1973, la última llevada a cabo antes de la interrupción abrupta del régimen democrático, es una suerte de condensado, de catalizador indicativo de la intensa lucha política que culminó con el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 y que cambiará profundamente y para siempre la historia de nuestro país.

La campaña electoral por las parlamentarias del 4 de marzo de 1973 fue particularmente virulenta, en un país polarizado en la que algunos consideraban (derecha y PDC más algunos mandos de las FFAA, que se trataba de la última oportunidad para mantener a Chile dentro del zarandeado cauce institucional existente. En efecto, el sistema capitalista dependiente, ampliamente desarticulado por la acción y la aplicación del programa de gobierno de la Unidad Popular, ofrecía entonces a las diversas fuerzas políticas una suerte de objetivo -inalcanzable para los más lúcidos opositores- (tanto civiles como militares) quienes expresaban lo que públicamente Sergio Onofre Jarpa explicitaba en sus “jingles” publicitarios de campaña, luego de unos segundos de una marcial marcha militar :”No necesitamos un nuevo Parlamento, sino un nuevo gobierno”.

Paralelamente, un informe interno de las FFAA esperaba sin muchas ilusiones que los resultados electorales dieran a la oposición (CODE, Confederación Democrática, es decir, PDC, PN, DR, PIR) los 2/3 de parlamentario (senadores) requeridos para destituir constitucionalmente al Presidente de la República. En marzo de 1973 debía elegirse la mitad del Senado, es decir 25 senadores y la totalidad de la Cámara de Diputados (150 diputados). Dicha justa electoral convocó a un universo electoral de 3 687 105 electores, es decir, 81,75% de sufragantes. Tratándose de la eventual destitución del Presidente de la República, quien decidía finalmente según la Constitución de 1925, en vigor por ese entonces, era el Senado que actuando como jurado zanjaba tan gordiana cuestión. Ahora bien, los resultados obtenidos por la oposición que obtuvo el 55,49%, no alcanzaban los 2/3 necesarios requeridos. La UP obtuvo el 44,23% de los sufragios, es decir, 7,63% más que en 1970 con ocasión de la elección de Salvador Allende, y ello a pesar de los innumerables problemas que enfrentaba el gobierno en el plano económico debido al desabastecimiento y al acoso político interno e internacional montado por la conspiración interna y externa.

Es por eso que amplios sectores de la derecha y la DC, se mostraron abatidos e inmediatamente se dieron a la tarea de implementar un plan civil y militar manipulado por Washington para derrocar al Presidente Allende.

Todos los ámbitos de la sociedad chilena habían sido afectados y ese verano de 1973, el conocido Festival de La Canción de Viña del Mar -se realizaba el XIV° Festival- no escapó a la polarización. Ya en los años precedentes, los artistas invitados que una parte de los espectadores estimaban apoyaban al gobierno de la UP fueron copiosamente abucheados y recibidos por unas ensordecedoras silbatinas : Miriam Makeba, Tiempo Nuevo, un cantante ruso que interpretó Kalinka,  una conocida canción del folklor ruso. Ese año, 1973, se presentó por vez primera un conjunto musical que años después sería célebre en todo el país : Illapu.

En la sección folklórica del Festival se constató que parte del polarizado público abucheaba cada vez que se mencionaba al premio Nobel Pablo Neruda, autor junto a Vicente Bianchi (música) de la canción “A la bandera de Chile”, interpretada por “Los Fortineros”.

Durante este Festival y en plena campaña parlamentaria se anunció el deceso del conocido cantautor Rolando Alarcón, del movimiento Nueva Canción chilena, a quien Guillermo Oddó de Quilapayún dedicó la actuación de su grupo. Quilapayún había sido recibido con silbatinas y gritos por parte de la asistencia, que redoblaron cuando interpretaron temas como “La batea” y “Las ollitas”, presentes profusamente en la campaña electoral. Riña y peleas entre espectadores de ambos bandos se desarrollaron durante su presentación.

Los animadores del Festival, César Antonio Santis y Rosa María Barrenechea llamaron al escenario al artista siguiente, un humorista, Tato Cifuentes, que a duras penas arrancó algunas risas a los espectadores.

La polarización política llegaba hasta la dirección de TVN, que transmitía para todo Chile dicho Festival. Años más tarde se sabría que por decisión de Gonzalo Beltrán (PDC), uno de los directores de programas no se grabó parte de la actuación de Quilapayún, como “una manera de calmar los ánimos”, perdiéndose así para siempre dicha grabación. Uno de los directores de TVN, nombrado en 1971 por el gobierno de la UP, era Helvio Soto y luego fue designado Augusto Olivares como jefe de prensa del mismo canal.

A raíz de los incidentes ocurridos, el Festival fue suspendido algunos días así como la prevista actuación del grupo de música tradicional chilena “Los Huasos Quincheros”, quienes años más tarde serían “embajadores culturales” de la Junta Militar.

El certamen en su parte folklórica premió a Charo Cofré por el tema “Mi río” y en la parte internacional el premio recayó en Julio Zegers por su canción “Los pasajeros”.

La noche del 4 de marzo de 1973, sectores de derecha y algunos mandos militares comprobaron que sus predicciones se cumplían: no se habían logrado los 2/3 constitucionales requeridos para destituir a Salvador Allende. 

Orlando Sáenz, del Comando civil de la conspiración, presidente de ASIMET (Asociación de empresarios de industrias metalúrgicas) y luego, desde 1971, presidente de la Sofofa (Sociedad de Fomento Fabril), por decisión del dirigente empresarial Eugenio Heiremans. Sáenz , dirigente empresarial ayudista de Patria y Libertad y promotor del golpe militar contra el gobierno del Presidente Salvador Allende y se ocupaba de los flujos de dineros que llegaban al núcleo de la conspiración desde la empresa privada chilena y extranjera. Apoyó tempranamente a la Junta Militar, asumiendo puestos en instancias internacionales. En una entrevista publicada antes del 4 de marzo de 1973 había vaticinado:” Si la UP obtiene más del 40% no quedará otra salida que una intervención militar”.

Las puertas de la intervención militar quedaban así abiertas en marzo de 1973 y los vacilantes de derecha y DC + algunos militares, comenzarían a prepararse para llevar a cabo un golpe militar. En otra entrevista, posterior al 11 de septiembre y luego que Sáenz se distanciara de la Junta militar, explicó que después del 4 de marzo de 1973, “todo devino más claro, más fácil, puesto que el desenlace era previsible”.

Francisco Peña Torres.
Febrero 2023


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